Una historia de amor...
Esa noche, salí a pasear como cualquier otra noche. De 10 a 11 me encantaba dar unas vueltas a la manzana y despejar un poco mi mente y estirar los pies. Siempre 20 minutos antes de subir, me sentaba en el banco de piedra que hay frente a mi portal. En el me sentaba hasta que daban las 11 menos 10 o menos 5.
A pesar de mi mala situación, era feliz. Tenía que afrontar pagos, y yo era un desempleado. Siempre iba demasiado apurado económicamente. Vivía solo, pero aun así, pasar el mes era un suplicio muchísimas veces.
Lo mejor del día, y lo que mas ansiaba, era que llegasen las 11. Era pues, cuando me conectaba en mi pc a hablar con mi novia. Se llama Nariana. A pesar de la distancia, nos amábamos con locura y pasión. Éramos felices. Muy felices y ella era mi motivo por el cual amanecía cada día con una sonrisa, que jamás ninguna mala situación podría borrar de mi cara.
Ella llega cansada de trabajar, aun así, cena, y siempre se conecta 1 hora para hablar conmigo. La verdad, es que me siento tremendamente afortunado de tenerla.
Nos conocemos hara cosa de 7 u 8 meses aproximadamente… Muchos se ríen de mi cuando les digo que mantengo una relación a distancia. Pero no me importa lo que digan, para nada. Vivir con ella es un sueño. Y mientras tenga vida para poder realizar ese sueño… Habrá una razón para despertar cada día.
Le tengo preparada una sorpresa, llevo ahorrando poco a poco del salario de desempleo lo que puedo. Lo he rejuntado con las ganas de poder ir a verla y pasar 1 día con ella. Aun no le he comentado nada, pero espero que me diga que si.
24 de junio de 2009, hoy, hoy le propondré ir a verla cuando a ella le venga bien. De los nervios, en mi estomago parece que revolotean miles de mariposas.
Como era normal en mi, salí a dar mi habitual vuelta a la manzana tras cenar, y esperar a que diesen las 11. No veía el momento de que llegase la hora. Me senté en el banco de piedra, y cerré mis ojos, dejándome llevar por la imaginación… Y la imaginación me llevo a contemplar, o al menos a imaginar, como seria la primera cita con mi novia. No había nada que deseara tanto.
Pasados 10 minutos, desperté y subí a casa. Encendí mi ordenador y mi Messenger. Entre unas cosas y otras, le hice la pregunta. A lo que me respondió encantadísima un SI. Unas lágrimas de emoción resbalaron por mi rostro… Era la felicidad que sentía.
Habíamos hablado quedar dentro de 4 meses. Algo lejos, pero para mi no iba a ser problema. Estaba dispuesto a esperar lo necesario. Esa noche, era la 1 de la madrugada y no lograba conciliar el sueño. Tal era mi alegría que no podía dormir. Por lo que decidí salir a dar una nueva vuelta a la manzana. Para mi sorpresa, al girar una esquina, tropecé con una persona que corría desesperado y ambos caímos al suelo. Me miró como con odio, como con desprecio, y a la caída de ambos un ruido de metal nos acompañó. Él se levantó y corrió despavorido.
Fue cuando vi que en el suelo había un cuchillo, lo cogí para estar seguro. Y me manché de sangre, lo tiré, y alcé mi mirada al frente, donde vi una mujer tendida en el suelo. Corrí para atenderla, al parecer estaba mal herida, la policía no tardó mas de 1 minuto en hacer su aparición.
Encendieron sus focos y con sus armas apuntándome junto con voces de tírese al suelo, me patearon, esposaron y obligaron a callar. Fui metido en el coche patrulla y minutos mas tarde conducido a los calabozos. Desde el coche, pude observar como esa mujer había muerto, al parecer había sido degollada por el tipo con el que tropecé en la esquina.
La verdad es que yo estaba plenamente confuso por la actuación de la policía. Pero por otro lado, estaba tranquilo plenamente de mi inocencia. Sabía que todo esto iba a ser resuelto en unas horas posteriores. Al poco de llegar la ambulancia, me llevaron a comisaría. En donde se me interrogó por lo sucedido. No solicité abogado, porque no lo creí conveniente. Ya que era inocente. Conté lo sucedido y me pidieron identificar al asesino, a la persona con la que tropecé. Y la verdad, era incapaz, fue todo demasiado rápido, y además estaba oscuro. Apenas había luz.
Como era normal, cuando la policía no escucha lo que quiere oír, se cabrean y presionan y te hacen sentir culpable aun siendo inocente. Me dijeron que hallaron mis huellas en el arma del crimen. Que el cuchillo estaba en la escena del crimen y que contenía mis huellas. Y además, yo tenía sangre. A lo que respondí, que eso fue al tropezar, cogí el cuchillo, que en su momento no sabia ni lo que era, me manche, asuste, y lo deje caer de nuevo y acudí en ayuda de aquella mujer.
La policía me acusaba de asesinato. Tras revisar mi expediente, vieron que no tenia delitos ni nunca había creado problemas. Pero que habían visto, que estaba en el paro, y con muchas deudas de por medio. Adjuntaron en su informe que ese fue el motivo de mi asesinato. Que en un acto de desesperación bajé a dar una vuelta, cuando de pronto tope con una señora, la cual intenté robar y en vista de no poder, acabe degollándola.
Afirman que las pruebas son suficientes como para incluso pedir pena de muerte. Yo ya, cabreado y desesperado solicité un abogado el cual se me negó por haberlo rechazado desde un principio. Así que estaba solo. Supliqué que me permitieran hacer una sola llamada. Y me la solicitaron. Pero.. Caí en la cuenta de a quien llamar.. Solo tenía a mi novia… No sabia nada de mi familia desde hace mas de 6 años.. Y no tenia el teléfono de mi novia.. Jamás me atreví a pedírselo..
Por lo que ni podía llamarle, ni escribirle una carta.. Sabía que si me condenaban a prisión, no iba a poder hacer exactamente nada por ponerme en contacto con ella. El guardia, vino a mi celda y me dijo que podía ir a llamar. Pero dije que no, que no tenia a quien llamar. Este guardia al parecer, era simpático, me pregunto si tenia familia o alguien a quien llamar.. A lo que respondí que no. Que solo a mi novia, pero no conocía su teléfono. Él me respondió, que si había alguna forma de dar con ella, o con el número que se la dijese haber que podía hacer. Pero caí en la cuenta de que sólo conocía el nombre de mi novia. Sus apellidos no. Tampoco le pregunté durante nuestra relación y charlas diarias. Ahora me arrepiento de todo eso.. Así que dije que no importaba.. Que si tenía que acabar así que lo aceptaba y ya esta..
Me tumbé en la dura y fría cama y me dispuse a llorar… Sólo pensaba en ella. En como en unas simples horas la vida da un giro espectacular. De estar deseoso de que llegara el 15 de Octubre para conocernos a estar encerrado privado de todo y sin poder avisarle o explicarle nada.. Pues mi vida dejo en segundos de tener sentido alguno. Tenía claro que jamás reconocería un asesinato que yo jamás cometí. Pero si reconocía que aquí acababa todo. Que ella era imposible que estuviese esperándome al salir de prisión. Ya que cuando viese que un día y otro y otro y otro no me conectaría ni sabría nada de mi. Sospecharía algo. Y mas tarde entristecería. Y acabaría con el alma destrozada por mi misteriosa e inexplicable desaparición.
Supe que en ese momento mi felicidad y mi vida tocaban fin. Yo sin mi novia no podía vivir.. Lo era todo para mi. Logré dormir, y al día siguiente fui despertado por un guardia, me esposo, y condujo ante el juez. Allí, tras 3 horas de juicio, se dictó sentencia. Y la sentencia fue: CONDENADO A LA SILLA ELECTRICA, por asesinato. En ese instante, mi corazón quedó congelado, mi vida dejo de tener sentido, y me puse en pie, pero me desplomé.. Y al despertar estaba de nuevo en una celda.
No había nada de luz, y no era como la de antes. Pero eso era lo de menos.. Un guardia se acercó, y me pidió que le firmara un traslado. Pregunté que a donde. Y me contestó que a la prisión. Al corredor de la muerte donde el día 15 de Octubre sería ejecutado. Mi corazón ya dejó de latir al principio de todo este suceso. Pero eso ya acabo con lo que me quedaba de ser.. Mi alma quedó hecha añicos. No podía creer, que el día que debería conocer a mi novia, sería el día en el que abandonase mi vida. Tembloroso y casi sin apenas fuerzas, mal firmé el documento.
Al día siguiente, fui trasladado a la prisión. Y allí, encerrado en mi celda, en el corredor de la muerte, fui tragándome los amargos días, mi amarga cuenta atrás..
Hasta que llego el día 14 de Octubre, se me concedió una última cena. Y se me preguntó si quería recibir mi última confesión. Aun siendo ateo, pedí que entrase y como último deseo, pedí un boli y una libreta. Con la cual hoy escribo este relato… Con el cual. Hoy digo adiós…
- Y al día siguiente, fue conducido a la silla. En presencia de numerosos testigos. Fue sentado en la fría silla. Su templanza era sorprendente. Su mirada vacía. Pero sin odio. Sin pena. Como si no tuviese alma. Como si su alma hubiese muerto en alguna ocasión…
Se le preguntó por sus últimas palabras. A las cuales él contestó.
“Sólo quiero decir, que si soy culpable de algo, no es de un asesinato. Si culpable soy. Es de haber roto un corazón. El corazón de la persona que tanto amo, amé y amaré por siempre.” “Y sólo me arrepiento, de morir sin haber visto a mi novia ni haber escuchado su voz…”
-Nariana, me pidió por favor que conservaras esta confesión tu, le prometí que te buscaría, para darte esto, y así que comprendieses el porque de todo.
Y me dijo, que te dijera de su parte. Que siempre estarías en su corazón. Y que siempre estaría contigo. Que sólo debías mirar la luna por las noches y él aparecería ante ti.
Y así lo hizo al día siguiente, la luna estaba llena, y ella esperanzada, la observó. De pronto, sintió una presencia tras de si. Se giró, y allí estaba su novio.. De pie ante la puerta. Le sonrío.. Y se desvaneció.. A los pocos segundos se escuchó con una febril y débil voz:
TE QUIERO.
Extraida de escalofrio.com
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