El hospital...

La historia que voy a contaros es de hace muchos años, tal vez algunos de los que hoy leen esta historia no vivían; tal vez no estaban ni pensados para vivir…Tal vez…Sólo serían sombras del futuro.

 

Una apacible y tranquila mañana en la provincia de Guadalajara, en un pueblo llamado Trillo se propuso construir un centro para leprosos. Grandes instalaciones; tranquilas e iluminadas, termas, etc.

Todo parecía normal, tranquilo, como siempre.

Los enfermos iban llegando. Los pasillos estaban repletos de gente, de maletas de enfermos…Todo se acumulaba.

 

A los días, todo se tranquilizó. EL hospital lleno sus habitaciones, repleto sus estanterías y cerro su puertas de entrada y de salida…

 

Por la noche, los enfermos gritaban de dolor…SU piel estaba enferma.

Pero uno de ellos…No sólo estaba enferma sino que también la tenía quemada y bañada en sangre, ¿por qué? Nadie lo sabe…

Empezó a gritar de dolor, las sábanas se empaparon de sangre, en el suelo se producía un charco, la pared era salpicada por el color rojo… Parecía como si alguien estuviese clavándole algo y se estuviese apoderando de el.

Las enfermeras llegaron amurallaron la habitación para que nadie lo viese; para que nadie viese esa escena…

 

Todas las noches se producía lo mismo con diferentes enfermos…Todas las noches hasta que el hospital tubo que cerrar sus puertas.

 

Estuvo durante años abandonado y con la entrada prohibida…Ahora simplemente es un balneario…llamado Juan Carlos III.