No se atrevió....
Cuenta la historia que hace tiempo atrás en un hospital que nunca supieron su nombre tuvo lugar en la madrugada un nacimiento no esperado. Una mujer humilde dio a luz a un niño de aspecto aterrador, su tamaño era de un bebe de haber cumplido los 9 meses de gestación pero su aspecto era todavía de ... un feto!
Al verlo los doctores quedaron aterorizados, algunas de las enfermeras que estaban en el lugar se santiguaron y la comadrona que lo sostenía en brazo temblaba como si fuera a desmayarse. La madre continuaba aun sin sentido. Los doctores cerraron las puertas y se reunieron para ver que hacían con tan horrenda criatura, sus manos eran pequeñas, sin formar al igual que sus piernas, su carne era roja como si aun no tuviera piel y en su mirada se podía sentir un extraño temor, al contemplar sus ojos, los doctores decidieron que nadie en esa habitación contaría lo sucedido y sin que la madre tuviera ni idea de lo que dio a luz, decidieron acabar con la vida del feto. Lo envolvieron en una manta y se lo entregaron a la comadrona. Contemplaron su rostro, bajo la mirada de todo el equipo y la comadrona salió de prisa del hospital buscando un lugar seguro para su oscuro propósito.
Camino varios minutos hasta encontrar una casa antigua en abandono, no tuvo corazón para hacerlo y decidió criarlo. Paso el tiempo y el feto siguió creciendo como todo niño normal a diferencia que su aspecto de feto que no cambiaba, solo se agrandaba en tamaño. Cuando el feto tenía ya 11 años de vida la comadrona se encontraba sentada en su silla mecedora, nunca había asomado al feto a la vista de las personas, no existían registros en el hospital de su nacimiento ni nadie sabía de él. El feto salió del sótano donde siempre se escondía y se arrastró hacia la comadrona que estaba de espaldas a él, alzó un taladro que antes estaba usando la mujer para arreglar su silla, y se lo clavó en la cabeza, la mujer cayó muerta en el acto.
El hombre feto comió las partes más blandas de la mujer, arrastrándose volvió a esconderse en el ropero y se acurrucó en un rincón.
Los años pasaron y nadie supo nada del hombre feto, pocas personas lo vieron pero solo una vivió para contarlo y como es de suponerse nadie le creyó. Su familia lo internó de por vida en un manicomio, se dice que el hombre feto aun se encuentra en la casa y que aprovecha la noche para ir en busca de comida, ya que sus ojos no soportan la luz solar, se arrastra y muy pocas veces camina, se esconde en los roperos esperando a que los chicos vayan a acostarse. Se asoma, y cuando ya se encuentran dormidos, los mete en el ropero y les succiona partes de su cuerpo….
No sé si la historia es real ni tampoco la ubicación de la casa donde se supone que habita, pero lo que sé es que varios chicos salen llorando de sus casas describiendo haber visto al lado de sus camas a un feto de gran tamaño.... yo por las dudas, cierro la puerta del ropero antes de dormir y también cierro la puerta de mi dormitorio con llave…
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