SEGUNDA PARTE 2/2
23:10 de la noche, 20 minutos para la cita, para la gran cita, mi gran cita!
Salgo de casa a las 23:15, arreglado, perfumado, con un traje con corbata y todo, hoy es el día, y quiero ir perfecto.
23:30, encuentro con el hombre. La verdad es que era bastante raro, parecía un vagabundo.
Se acercó a mi y me preguntó – Oye, tu eres el que quiere que le dé muerte?
- Bueno, yo no lo diría así, yo diría que quiero que me quites la vida.
- Pero, eso es lo mismo, no?
- No es lo mismo, joder. – tarado repulsivo.
De camino a mi casa, que está a tres calles, no dijo nada, aunque era un pequeño recorrido.
Al llegar a mi casa, sacó un revolver de su bolsillo del pantalón y se sentó en una silla.
Silencio durante unos segundos, hasta que él lo rompió diciendo:
- Bueno, manos a la obra? No tengo todo el día.
- Será que no tienes toda la noche, porque ya son las 23:45.
- No me vengas con chorradas ahora. Dime, quieres hacer algún ritual antes de que mi preciosa arma dispare una bala que perfore tu infortunada cabeza?
- Que rituales? De que mierda me estás hablando?
- A veces la gente quiere hacer algún ritual antes de irse para siempre.
- Pues... yo no, yo quiero ir al grano.
- Que prefiere usted, que le mate con la derecha o con la izquierda?
- A que viene tanta tontería? Mátame de una vez ya – ostia, con el chalado.
- Quiere morir de pie o sentado?
- Oye, tu quieres que esté aquí sufriendo antes de matarme? Tengo el pulso a mil por tu culpa!
- Tengo que hacer varias preguntas, es mi deber.
- De que mierdas estás hablando? Que deber?
- Tu me pagas para que te mate no? Pues tengo que hacerlo bien.
- Una cosa es hacerlo bien, y otra es no parar de incordiar! Que dispares ya te digo!
- De que calibre prefiere las balas?
- Me importa una mierda el calibre, dispara ya!!!
- De que calibre quiere las balas? Es por su bien.
- Que me la suda, mientras tus balas me maten me da igual!!!! – pesado, incordio, bastardo, no tendría que haber contratado a este inútil.
- He dicho, de que calibre quiere las balas?
- Estás sordo o qué? Dispara!!!
- Está bien, eligiré yo el calibre de las balas, pero, quiere que lo mate con silenciador o sin silenciador?
Mi pulso acelerado, el inútil este con tantas preguntas...
- Ostia ya!!! – grité.
Cogí su arma, le apunté en la frente y le disparé. A los pocos segundos volví del éxtasis en el que estaba sometido. Vi que había matado al hombre que iba a matarme. Por primera vez en mi vida me sentí bien. Rara sensación sobrecogía mi cuerpo después de tanta tensión. Esa sensación me llenó de placer, quería... vivir.
Me sentía demasiado bien, salí rápido de mi piso, bajé por las escaleras de cuatro en cuatro, ya en la calle, corrí por la acera, muy rápido, tenía ganas de correr, de notar el aire que no noto desde hace mucho.
Corrí durante mas de una hora, al volver a casa me esperaba el cadáver, o quizás no, porque había desaparecido, sólo había un rastro de sangre desde el comedor hasta el ascensor.
Bajé rápidamente a bajo, justo en la puerta del ascensor no había ni una gota de sangre. Hice bajar el ascensor, nada de nada, ni una gota de sangre. Salí a la calle, trastornado. Miré a izquierda y derecha, nada... Caminé un poco para despejarme. De pronto un coche se abalanzó sobre mi a toda pastilla... Salí por los aires y cayendo al suelo de cabeza. No recuerdo nada mas. Sólo sé que ahora estoy en silla de ruedas, en el hospital, esperando que alguien encuentre algo del hombre que supuestamente maté, o del que me atropelló.
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