Joe, el payaso 1/2
Lucy y Mike eran unos gemelos casi idénticos. Pelo rojizo, ojos azules, pecas en las mejillas… pero Lucy llevaba largas trenzas, y Mike el pelo despeinado.
Esto sucedió en el verano en que los mellizos cumplieron doce años. Se fueron de vacaciones en un pueblecito bonito pero con muchos pocos habitantes. Alquilaron una casa pequeñita. A Lucy y a Mike la casa no les gustó nada, ya que era vieja, sucia y llena de polvo y madera que crujía. Pronto conocieron a un par de hermanos, Cath y Daniel. Se hicieron amigos enseguida, y salieron cada día a dar vueltas por el pueblo, tomar helados, bañarse en el lago… Pero una noche algo cambió. Lucy y Mike estaban apunto de irse a dormir, cuando Cath y Daniel llegaron, y les dijeron si podían quedarse a dormir en su casa. Los padres accedieron, y prepararon las cuatro camas. Entonces, cuando ya estaban los cuatro en la cama, Cath dijo susurrando:
- Esta casa está embrujada.
Lucy se incorporó de golpe. Le encantaban las historias de miedo.
- ¿Cómo dices? – preguntó Mike.
Daniel respondió por su hermana:
- Mi hermana tiene razón. Somos del pueblo, y… sabemos casi todas las historias de él. Una de ellas, es que esta casa esta embrujada por la maldición de Joe el payaso. No hay demasiada gente que crea en ella, pero… es cierta. Así que creemos que deberías vigilar mucho.
Lucy sonrió y dijo:
- Uy, ¡qué miedo! Ha, ha. Muy gracioso. Pero a nosotros no nos engañáis, ¿verdad Mike?
Mike asintió, no muy convencido. Cath suspiró y dijo:
- Pues deberíais hacerlo. Os voy a contar la leyenda. Dicen que hace tiempo, en el 1938, esta casa era un circo. Ahí ensayaban los domadores de leones, los trapecistas, los músicos, los bailarines… y los payasos. Había un payaso que se llamaba Joe. Era el protagonista de todas las funciones: hacía reírse a carcajadas a la gente, tenía mucho éxito. El público lo quería mucho… hasta que llegó Frank. Era otro payaso que llegó desde muy lejos, y entró nuevo en el circo. Al principio, todos pensaban que Frank no tendría éxito, pero se equivocaron. Desde entonces sólo aplaudían a Frank, lanzaban flores, risas y hasta le llegaron a lanzar dinero. Pero al pobre Joe lo abandonaron.
Cuando salía en escena, la gente aprovechaba para leer algún libro, salir a comprase las palomitas… pero ya no prestaban atención al payaso Joe. Éste se volvió triste, la tristeza lo consumía por dentro. Pero dicen que entonces lo ayudó Hannah, la bruja. Ella ya era una veterana del circo, con sus trucos maléficos de magia cautivaba al público. Hannah, que sentía un gran aprecio hacia Joe, lo fue a buscar. Querido Joe, le dijo. Creo que ya se que debes hacer para que la gente vuelva a apreciarte. Debes matar a Frank, así ya no se interpondrá en tu camino. Joe lo pensó, y al final decidió hacerle caso a su amiga bruja. Pero las cosas salieron mal, y Frank sospechó de sus intenciones.
- Y mató él primero a Joe. – finalizó la história Daniel. – Hannah, muy arrepentida por lo que había dicho a Joe, dicen que lanzó una maldición en el circo, y todos los artistas murieron. El circo se derrumbó y encima se construyó una casa, ésta. Durante mucho tiempo vivió en ella Hannah, pero al final, no pudo soportar más la tristeza y la conciencia de haber matado indirectamente a Joe, y se lanzó por un precipicio. Pero su espíritu sigue en ella…
Mike se había quedado con la boca abierta, pero Lucy seguía riéndose.
- ¡Qué buena historia! – dijo. – La contaré a mis amigas cuando vuelva…
- Lucy, creo que es real. – susurró Mike. – Esta mañana estaba en el baño y de repente las luces se han apagado… y no había nadie.
CONTINUARÁ
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