2/2 DE LA HISTORIA

Pero Lucy seguía sin creérselo. Cath suspiró otra vez, y dijo:
- Bueno, yo me voy a dormir… estoy cansada.
Los otros la imitaron. Pronto, todos dormían como troncos… excepto Mike, que permanecía despierto con los ojos abiertos, atento a cualquier ruido. , se dijo para tranquilizarse. Pero de repente se oyeron unas risitas. Mike se sobresaltó y gritó.
- ¡Mike! – exclamó Lucy. – ¡Estaba durmiendo!
Los otros dos también se habían despertado.
- ¿Lo habéis oído? – gritó Mike. - ¿Habéis oído las risitas?
Los otros negaron. Pero entonces se volvieron a escuchar, esta vez más claramente. Hasta Lucy se puso pálida. Cath se estremeció:
- No deberíamos haber venido… ¡que miedo!
Daniel se acurrucó en su cama, hecho un hueco. De repente las risas estallaron en carcajadas más fuertes, parecían venir de la habitación misma. Lucy se intentó tranquilizar, y se dijo a ella misma que deberían buscar de dónde venían. Buscaron por debajo de las camas, de las mesas, en los armarios… hasta que Daniel encontró un payaso en uno de los armarios de madera.
- Ahora ya sabemos de dónde vienen las risitas… - murmuró Cath.
Era un payaso entero, pero con la cabeza partida en dos. El tenebroso payaso sonrió maléficamente y dijo:
- ¡Ha, ha! Criaturas… Joe el payaso os hará pagarlo. ¡Habéis ocupado la casa de mi amada Hannah!
Los chicos, aterrorizados, quisieron echar a correr, pero no pudieron. Joe los había sujetado bien con cuerdas antes de que pudieran darse cuenta. Mike empezó a lloriquear, y entonces Daniel estalló en risas.
- ¡Pero no llores, hombre! ¡Que era una broma!
Lucy miro confusa a su alrededor. Cath había encendido la luz, y ahora Joe el payaso se había quitado la máscara. Era un niño normal, desconocído para los gemelos.
- Me llamo Nick… soy amigo de ese par de hermanos traviesos. – explicó el “Joe” falso. – Me pidieron que los ayudara para gastaros una broma.
Lucy se enfadó con Cath y Daniel.
- ¡Habéis hecho llorar a mi hermano! ¡Sois unos insensibles!
Cath parecía arrepentida.
- Lo sentimos mucho, Mike…
Mike se había secado las lágrimas, y ahora sonreía tímidamente, avergonzado. Lucy, malhumorada, dijo que era tarde, que Nick se podía marchar ya a su casa.
- Nosotros también nos iremos… - dijo Daniel. – Lo sentimos. Nos esperan los papás.
Lucy asintió todavía enfadada, y los tres se fueron.
- Bueno, ya pasó todo. – le dijo a su gemelo. Pero Mike estaba sentado en el borde de la cama con una extraña sonrisa en los labios. Entonces, lentamente dijo:
- No, Lucy, no pasó. He descubierto… algo asombroso.
Y abrió de repente el armario, donde todavía estaba la máscara de payaso de Nick. Junto a ello, había un libro grueso, que parecía un álbum. Lo cogió y se lo mostró a Lucy. Era un anuario, del año 1938, el año en que supuestamente ocurrió la leyenda de Joe. Había muchas fotos de muchos niños y niñas. Pero la vista de Lucy sólo se paró sobre una foto. La de una chica un poco mayor que ella, con una sonrisa en los labios un poco siniestra. Se llamaba Hannah… y la chica de la foto era Cath.
Entonces, la máscara que se encontraba en el armario, empezó a cobrar vida: unas piernas, unos brazos… hasta que se transformó en un payaso entero, con la cabeza partida en dos. Lucy dejó caer el anuario y se quedó mirando el payaso con la boca abierta por la sorpresa y el terror. Y el payaso estalló en una larga carcajada.