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PARANORMAL´S BLOG

LLEVAMOS 60 HISTORIAS CONTADAS....

LLEVAMOS 60 HISTORIAS CONTADAS....

Historia 61 :

En una explanada, en aquella ciudad tan fría y tenebrosa, un circo levanta sus carpas.

Carpas comunes, con la misma forma pero de distinto color a las clásicas.

Casi todas las carpas de circo son a franjas verticales de color blanco acompañado de otro; bien puede ser rojo, azul…; esta carpa, nuestra carpa, ¿nuestra?... Era de color negro.

El espectáculo estaba garantizado todos los días, pero sólo a partir de las doce de la medianoche; ¿por qué?

 

Nadie acudía, todos protestaban por no cumplir las normas clásicas, ¿normas?, ¿a quién le importan las normas?

Una noche, cuando el pueblo dormía, una familia decidió acercarse. Al fin y al cabo un circo nunca tendría nada de peligroso, pensaron.

 

A las once y media de la noche, el pánico y los nervios cubrían el ambiente de la casa, todos revoloteaban.

Cuando estuvieron listos, salieron a oscuras a la calle, nadie podía verlos y menos, ver que se dirigían a lo prohibido.

 

Llegaron a la carpa; más que a la carpa a la vieja puerta de madera que se situaba justo en frente de esta. ¿Qué fue lo que ocurrió? A partir de aquí, ninguno de los integrantes de la familia volvería ver amanecer…

 

La puerta se abrió lentamente sin ningún tipo de mecanismo, sin nada que hiciese una fuerza sobre ella, fue tan natural como extraño.

La imagen de la familia al otro lado de la verja, era desoladora: un padre con un niño de 5 años, la madre con un bebé. Estaban perdidos…

Entraron, apartando la lona que cubría la puerta. Dentro sólo reinaba la oscuridad, el silencio e incluso la incertidumbre.

Tomaron asiento, el espectáculo empezó.

Una música sonaba de la nada, en ella, se oían voces desesperadas pidiendo auxilio.

Voces, más que nada, de niños. Una luz iluminó el centro del escenario. No apareció nada. De pronto un grito ensordecedor retumbo en los oídos.

A la familia les estalló la cabeza, ¿tan fuerte era el sonido? El bebé murió en el acto, por lo cual, sólo quedaba el niño.

¿Qué podía hacer un niño por huir de allí? Tan indefenso, tan pequeño, tan… Sabroso…

No se movió, el miedo podía con el. De pronto, sin esperar el más mínimo movimiento, en el centro del  escenario apareció…¿Apareció?

Era algo amorfo, pero brutal. Como una gran mancha negra en medio de la nada. Se giró, su cara…

Sin saber como ni porqué, el niño se desplomo en el suelo…

 

El circo, sigue abierto para todo aquel que desee una muerte rápida  y segura.

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