EL FINAL DE LA HISTORIA...
Dios, que golpe me metí, como si de una apisonadora de esas que pesan 30 toneladas me pasase por encima de la cabeza.
Me desperté en la habitación del hotel, sudando, empapado de arriba abajo, que había pasado? Era un sueño?
Había acertado, seguramente era un sueño, sino, no estaría aquí, estaría muerto, o en el hospital en estado grave.
Me entró una cagadera bestial, y fui directamente al lavabo, hice lo normal, lo que tardé como media hora, porque no paraba de salir la... bueno ya sabéis.
Cuando salí del lavabo había una mujer colgada del techo, mirada pálida, como si de una peli de esas de japoneses de miedo se tratase, pasé de ella, ya que seguramente era otra mier/a de alucinación mía. Lo que esta aun parecía más real que las otras alucinaciones. La mujer se abalanzó sobre mi y quiso estrangularme, me la saqué de encima como pude y, como por arte de magia, desapareció.
Me estaba volviendo loco, ahora oía gritos, crujidos por todas partes, ya no distinguía lo real de las alucinaciones, ¿que pasaba en este hotel? A lo mejor me habían drogado, aunque no sé con qué, ni dónde.
Fui a abrir la puerta de la habitación, no se abría, todo iba peor de lo que imaginaba, empecé a gritar pidiendo ayuda, parecía que en mi piso no había nadie, no se me oía.
De repente, y frente a la ventana, sentado en una butaca, apareció un señor de avanzada edad, con un puro en la boca y un mechero en la mano, intentando encender su puro.
Me acerqué lentamente, muy lentamente, ya que si hacia ruido podría despertar los "espíritus infernales", esos que la gente se inventa y que les tienen miedo, pero que saben que en realidad no existen. Yo no creo en esas chorradas, aunque en estos momentos esté alucinando de lo lindo. El señor que estaba sentado en la butaca se acercó a mi y me puso un pañuelo en la boca, me resistí pero al final me dormí, debía llevar cloroformo o algo así. Pero no era así, el pañuelo llevaba un líquido mortal.
Mi muerte, mi cadáver vestido con el pijama de dormir, estirado en la cama, pero con la boca abierta y ensangrentada, en la insonora habitación .
Eso es, el veneno reventó mis órganos internos y me hizo sacar sangre por la boca, eso ya no lo contaría jamás. Estaba muerto. Ese viejo de la butaca me ha matado. Y esta vez era real, jo/er, era desgraciadamente real.
Cuando el recepcionista se enteró que yo estaba muerto, llamó a la policía y todo ese montaje que se hace. Vinieron unos especialistas en criminología, como si de CSI se tratase, investigando sobre mi muerte, mi estrambótica muerte.
Esos pu/os flashes de las cámaras de los expertos en criminología, tendría que decir que me dañaban la vista, pero como estaba muerto...
La vida es un pu/o sueño, un sueño que parece real, un sueño donde todo es relativo, un sueño donde se debe vivir disfrutándolo, vivir la vida es una plenitud ¿entendéis? Por qué la vida es sueño, y los sueños, sueños son.
EL FINAL
Esta historia ha sido escrita por el creador de
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