SEGUNDA PARTE
Me llega una red inalámbrica desconocida. Tenemos internet.
-¿Y?- preguntó Laia.- Mejor.
-Pero es muy extraño. -comenzó Lorena- Mi abuelo es muy moderno y utiliza internet, pero él siempre se lleva el ordenador y el internet portátil allá donde va, y hoy me ha dicho que se iba para dejarnos solas. Aquí cerca no hay nadie más, no lo suficiente cerca como par que no llegué señal.
-Pues igual se lo habrás dejado aquí. -comentó Paula.
-No, os he dicho que siempre lo lleva encima. Cuando vino a darme la llave y se fue vi como guardaba el portátil en la guantera de su moto.
-Pues llámalo y pregúntale si está aquí cerca.
Lorena asintió y cogió su teléfono móvil del bolsillo. Marcó un número y se acercó el aparato al oído. Acto seguido todas oímos un zumbido proveniente del aparato.
-No hay cobertura. -informó.
-O sea, ¿que tenemos internet y no tenemos cobertura? Lo que hay que ver. -dijo Irene. -Pues a que esperas, métete en el msn y dile a los buenorros del insti que se suban con sus motos, busca más música en youtube y que siga la fiesta.
-Tiene razón. -concluí. -No te comas el coco.
-Es que a mí esto me da muy mal rollo. No es normal tener internet aquí. -me dijo con la voz temblorosa.
-Tranquila, si quieres me encargo yo. Tu pásatelo bien.
Eulalia me hizo caso y se puso a bailar con las demás mientras Laia y yo nos pusimos a chatear. Me conecté al Messenger, pero pasaba algo extraño: cada vez que intentaba abrir alguna ventana para hablar, ésta no me dejaba hacerlo. Los demás me hablaban, pero yo no podía hablarles a ellos. Me enrabié un montón, pero todo el enfado desapareció al ver la ventanita que te avisa de que un nuevo contacto te a agregado. Como siempre hago, acepté.
Ese contacto que me acababa de agregar me habló, y, extrañamente, solo pude contestarle a él. Laia y yo nos miremos sorprendidas. Su nick constaba de una sola palabra: Darkness.
(Conversación del MSN)
Darkness: Hola
Carol: Hola, ¿quién eres?
Darkness: No te lo puedo decir
Carol: ¿Por?
Darkness no contestó.
Carol: ¿de dónde has sacado mi msn?
Otra vez, no obtuve respuesta. Rayada, borré el contacto, cerré el msn y mis dos interlocutoras yo fuimos a bailar.
Al cabo de un rato Alba sacó un cartón de su bolso. Estaba doblado, tenía un color amarillento. Nos hizo sentar a todas en círculo y bajar el volumen de la música. Una vez hubimos obedecido, ella desplegó el cartón y nos encontremos con nada más y nada menos que un tablero de Ouija.
-¿Qué co/o es esto, Alba? -pregunté desbocada. A mi molan las cosas de terror, pero de ahí a la ouija si que no, lo que sea menos eso.
CONTINUARÁ
0 comentarios