SEXTA Y ÚLTIMA PARTE

-Te dije que no pasaras de mi... -un voz de ultratumba, posiblemente proveniente de la enorme llama, nos habló, o mejor dicho, me habló.

La puerta se abrió, no sé quien lo hizo, pero apreté las manos de mis dos amigas y salí pitando de allí. Aparte de mis pisadas y las de mis interlocutoras oía más. Me tranquilizó saber que habíamos podido salir todas. Al haberme alejado bastante me di la vuelta.

Mis ojos se abrieron desmesuradamente. Las demás no estaban. No había nadie más. Apreté mis manos, esperanzada, y me di cuenta de que ya no se aferraban a nada. Miré en todas direcciones. Estaba completamente sola en medio de aquel inmenso bosque.

-¿Pero qué está pasando? -pregunté al aire, explotando en medio de un llanto. -Sentí el suelo bajo mis rodillas y mis manos sobre mi rostro. Mis sollozos inundaban el lugar.

Estuve largos minutos allí arrodillada, llorando desconsolada y completamente sola.

-¡Maldito! ¿Qué quieres de mí? ¿Dónde están mis amigas? ¿Por qué me mantienes a mí con vida? ¿Por qué? ¿Por qué...? -me armé de valor para gritar mientras golpeaba el suelo, pero no servía de nada. -Devuélveme a mis amigas... ¿Qué quieres?... -sollocé.

-Tu alma... -sentí esa voz de ultratumba a mis espaldas. No quise voltearme. De repente comencé a sentirme débil. La fuerza se iba de mis músculos, mi vista se nublaba y la voz no me salía de la garganta. Veía como mi cuerpo comenzaba a irradiar una extraña nieblilla color añil y como poco a poco comencé a caer en un estado de inconsciencia...

Me desperté sobresaltada entre los cálidos edredones y blandos cojines de mi cama. Tenía la frente perlada en sudor frío, la respiración agitada y una extraña pesadez en el cuerpo.

Escudriñé mi cuarto bañado es oscuridad. No había nada anormal, excepto la pantalla de mi ordenador, que estaba encendida. Le di un trago al vaso de agua que había en mi mesita de noche en un intento de aclararme mi garganta seca, y me acerqué a la pantalla.

En la barra de inicio había una conversación del messenger minimizada. La abrí y mi corazón empezó a latir tan deprisa y con tanta fuerza en mi pecho, que incluso me hacía daño cada latido.

Darkness: Tus amigas están sanas y salvas cada una en su casa :) Que tengas dulces sueños.